lunes, 29 de diciembre de 2008

TEMPLANZA

Séptima y última virtud cardinal: Templanza

Terminamos con esta columna la serie de las siete virtudes cardinales, compuestas de tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y cuatro virtudes clásicas (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza).

Según el Nuevo Testamento (que parece no estar muy de acuerdo con esta virtud): Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3: 14-16)

En una historia zen: una fervorosa budista se esforzaba por acrecentar su amor al prójimo. Pero siempre que iba al mercado, un comerciante le hacía proposiciones indecentes.

Cierta mañana lluviosa, cuando el hombre la importunó una vez más, ella perdió el control y le golpeó en la cara con el paraguas. Esa misma tarde fue a buscar a un monje para contarle lo ocurrido.

-Estoy avergonzada- dijo. –No conseguí controlar mi odio.

-Desde luego, no estuvo bien eso de que sintieras odio por él- respondió el monje. –La próxima vez que te diga algo, llena tu corazón de bondad... y vuelve a pegarle con el paraguas, pues él sólo entiende este lenguaje.

En el Día Judío del Perdón: En el día del Yom Kyppur, el rabino Elimelekh de Lisensk llevó a sus discípulos adonde trabajaba un albañil.

-Fijaos en el comportamiento de este hombre –les dijo, -pues él consigue entenderse bien con el Señor.

Sin darse cuenta de que estaba siendo observado, el albañil concluyó sus tareas y se acercó a la ventana. Sacó del bolsillo dos pedazos de papel, y los levantó hacia lo alto, diciendo:

-Señor, en una hoja he escrito la lista de mis pecados. He cometido algunos errores, y no tengo por qué esconder que Te ofendí en varias ocasiones. En el otro papel está la relación de Tus faltas para conmigo. Me exigiste más de lo necesario, me trajiste momentos difíciles, y me hiciste sufrir. Si comparamos las dos listas, estás en deuda conmigo. Pero como hoy es el Día del Perdón, Tú me perdonas, yo te perdono, y continuamos juntos nuestro camino durante un año más.

En una historia islámica: Mohamed ibn Suqah cuenta la historia de Abdalah y Mansur, dos fieles musulmanes.

Cierto día, Abdalah le pidió ayuda a su amigo. El tiempo fue pasando, y no recibía ninguna ayuda. Por fin, un día, Mansur preguntó:

-Hermano, tú me pediste ayuda, y yo no he hecho nada. Sin embargo, no parece que esto te moleste.

-Somos amigos desde hace años. Aprendí a quererte antes de que necesitara este favor- respondió Abdalah. –Y voy a continuar queriéndote, aunque no me hagas caso.

Mansur respondió:

-No te ayudé hasta ahora porque quería conocer la fuerza de tu deseo. He visto que esta fuerza es más fuerte que la discordia y el odio. Mañana tendrás lo que me pediste.

FORTALEZA

Sexta virtud cardinal: fortaleza


Según el diccionario: Del provenzal fortalessa. Sustantivo femenino. Fuerza o capacidad para vencer las contrariedades; firmeza de espíritu; perseverancia; recinto fortificado.

Para Jesucristo: Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. (Mt 5: 13-15)

En el fragor de la batalla: Ayer fui fuerte para luchar. Hoy seré fuerte para vencer (Bernardette Devlin, activista política católica de Irlanda del Norte).

JUSTICIA

Quinta virtud cardinal: justicia



Según el diccionario: del latín iustitia. Sustantivo femenino. Conformidad con el derecho; acto de darle a cada uno lo que le pertenece; equidad; conjunto de magistrados y de las personas que colaboran con ellos.

Según Jesucristo: Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra (Mt 5: 38-39).

En otro pasaje del Evangelio: Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. (Mt 21: 12)

Según Bankei: durante una de las clases del maestro zen Bankei, un alumno fue descubierto robando. Todos los alumnos pidieron la expulsión del alumno, pero Bankei no hizo nada. A la semana siguiente, el mismo alumno volvió a robar. Irritados, los demás exigieron que el ladrón fuera castigado.

-Hay que ver lo sabios que sois –dijo Bankei-. Sabéis lo que es correcto y lo que está equivocado, por lo que podéis estudiar en cualquier otro lugar. Pero este pobre hermano, que no sabe diferenciar lo que está bien de lo que está mal, sólo me tiene a mí para que le enseñe. Y voy a continuar haciéndolo.

Un torrente de lágrimas purificó el rostro del ladrón. El deseo de robar había desaparecido.

PRUDENCIA

Cuarta virtud cardinal: prudencia

Según el diccionario: Sustantivo femenino. Sensatez, buen juicio, sabiduría; moderación, cautela; virtud cardinal que consiste en discernir y distinguir lo bueno de lo malo.

Según el Nuevo Testamento: Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fortaleza de los hombres. ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte (1 Co 1: 25-27)

Según el islam: Un sabio llegó al poblado de Akbar y la gente no le dio mucha importancia. Apenas atrajo el interés de un pequeño grupo de jóvenes. Muy por el contrario, fue objeto de chacota de muchos habitantes del lugar. Cierto día paseaba con algunos de sus discípulos por la calle principal, cuando un grupo de hombres y mujeres se puso a insultarlo. El sabio se les acercó, y les dio su bendición.

Al alejarse de allí, uno de los discípulos comentó:

-Ellos dicen cosas horribles, y usted les responde con bellas palabras.